ESPECTRO AUTISTA

ESPECTRO AUTISTA
DISCAPACIDAD ASOCIADA

lunes, 20 de junio de 2011

Importancia del Equipo Interdisciplinario en la Atención de las Personas con Discapacidades Asociadas


Modelos de Equipos Profesionales
Frente a la necesidad de intervenir de manera eficaz, en los tratamientos de niños con requerimientos especiales de estimulación del desarrollo, surge la inquietud por resolver las problemáticas en torno a la estructura y organización de los equipos que conforman los distintos profesionales, que eventualmente participan con programas específicos de tratamiento.

En esta edición, entregamos una descripción de los tres principales modelos de equipos profesionales, más frecuentemente utilizados en nuestro medio, cuales son, los modelos Multidisciplinario, Interdisciplinario y Transdisciplinario. En el siguiente número de este Boletín, abordaremos algunas reflexiones en torno a sus posibilidades y limitaciones.

CONSIDERACIONES GENERALES La conformación de un equipo profesional obedece a un proceso, en el cual objetivo importante, es la adquisición de un sentido de grupo.

Dependiendo de los modelos que se utilicen, podrá existir la necesidad de que sus miembros desarrollen una mayor interacción.Al acercarnos más a un modelo participativo e integrado, se hará necesario que el grupo trabaje activamente para optimizar su comunicación, determinar roles, reglas, metas, distribuir el poder y optimizar la cohesión.

Otro aspecto importante de considerar, es la necesidad de contar con grados de flexibilidad en la estructura de los grupos, de modo que sea posible su adaptación a los cambios presentes en los sistemas, a una constante reactualización, y a los requerimientos planteados por las evaluaciones periódicas de su funcionamiento y eficacia.

Todos estos aspectos condicionan, que en la práctica, trabajar en equipo sea una tarea que demanda esfuerzo, creatividad y disposición permanente.

También es necesario destacar los enfoques que nos señalan más o menos explícitamente, que el análisis del niño y su problemática debe realizarse considerando el contexto familiar y escolar en que está inserto, en todas las etapas de la intervención profesional; es decir, diagnóstico, tratamiento, evolución y seguimiento.

En este contexto, es ampliamente aceptada, la incorporación activa del grupo familiar, especialmente los padres, en un trabajo mancomunado y participativo con el equipo profesional. La reflexión, sobre el acceso de los padres a la información, sobre su formación como agentes activos de estimulación, el desarrollo de su sentido de competencia, la continuidad en los tratamientos y las proyecciones futuras, son entre otros, aspectos relevantes que deberemos por tanto considerar, al estudiar nuestro funcionamiento como equipo profesional.

MODELO MULTIDISCIPLINARIO Lo constituye un equipo multiprofesional, formado por médicos, psicólogos, fonoaudiólogos, psicopedagógos, terapeutas ocupacionales, kinesiólogos, etc.

Cada profesional, evalúa en forma independiente las habilidades y debilidades del niño; sobre la base de su diagnóstico, formula un plan de tratamiento, el que generalmente aplica en forma individual.

Tanto los padres como los profesores, reciben información sobre la intervención profesional, a través de entrevistas e informes escritos, que incluyen diagnóstico, plan de tratamiento y sugerencias. La información sobre la evolución presentada por el niño, es expuesta considerando la misma modalidad. Teniendo en consideración las necesidades múltiples que generalmente nuestros niños presentan, este modelo, plantea el tránsito del menor de una especialidad a otra, dependiendo de sus requerimientos en las distintas etapas de su ciclo vital, ya sea en forma simultánea o secuencial.

MODELO INTERDISCIPLINARIO Lo más característico de este modelo, es la función del coordinador del equipo, que integra y organiza los distintos aportes profesionales, por medio de un plan cooperativo. El objetivo de este plan, es integrar los tratamientos en pos de una evolución más eficiente.

En la etapa del diagnóstico, los profesionales trabajan en forma individual con el niño, delimitando sus características y necesidades de tratamiento desde el ángulo de su especialidad.

Luego, habitualmente en una reunión clínica, cada profesional presenta los resultados obtenidos, tomándose acuerdo sobre la dirección del tratamiento que el niño recibirá: especialidades que intervendrán, objetivos, frecuencia, instrumentos de evaluación, etc.

Posteriormente, cada especialista trabaja individualmente con el niño, brindándole el tratamiento respectivo.

En forma regular, el equipo se reúne, dirigido por su coordinador, para intercambiar información y observaciones sobre el progreso del niño y realizar las modificaciones necesarias en los objetivos, metodología, interconsultas, etc; todo ello, con el fin de optimizar el plan de tratamiento.

Toda la información que se genera en este proceso se dirige a los padres y profesores por medio de entrevistas e informes escritos. La participación de los padres puede tener un lugar prioritario, dependiendo de las definiciones y propósitos de cada Institución. De esta manera, se podrán enfatizar las sugerencias a los padres en el hogar, y del mismo modo, controlar estas intervenciones en conjunto con los padres.

El coordinador, en suma, adquiere una gran importancia, pues es el encargado de cohesionar y evaluar los distintos programas de tratamiento, optimizando especialmente la red de comunicación entre los especialistas que participan en el programa de tratamiento del niño.

MODELO TRANSDISCIPLINARIO Consideraciones básicas Este modelo tiene su origen en la implementación de programas de estimulación temprana y luego se incorpora en las concepciones metodológicas de la integración de niños discapacitados a la educación común. Se ha extendido su práctica a Instituciones Diferenciales, que atienden a niños y jóvenes.

Se han mencionado tres postulados, que están a la base del funcionamiento de un equipo transdisciplinario.

El primero de ellos, es la participación de un agente primario de intervención, en el cual se produce lo que Hayes (1976) ha llamado el "delego profesional", que requiere que todos los miembros del equipo, realicen mutuamente un proceso de enseñanza aprendizaje sistemático". Lyon (1980) ha distinguido tres niveles en el delego profesional: - Compartir conocimientos y prácticas básicas - Compartir habilidades, técnicas enseñando a interpretar situaciones específicas - Compartir la realización de algunas técnicas profesionales.

El segundo postulado, está relacionado con la disposición positiva y motivada de parte de los especialistas que conforman el equipo de integrar y compartir los conocimientos y habilidades mencionadas, como un requisito fundamental para su adecuado funcionamiento.

Por último, se menciona la importancia de intercambiar la información técnica a través de las consultas del agente primario con los especialistas, más que la atención directa de ellos al niño. La realidad nos indica que esto no es siempre posible y de este modo, el modelo plantea la existencia de tratamientos directos cuando la especialidad y necesidad de atención así lo requiriera.

Transdisciplinareidad nos sugiere la unión de especialidades e implica, el subir a un nivel más elevado en la complementaridad de las disciplinas.

Para que esta complementareidad sea viable, se considera necesaria, la planificación de un entrenamiento sistemático al grupo, que tienda, tanto al desarrollo de habilidades de interacción que promuevan la productividad de éste, como la capacitación en la entrega de conceptos profesionales y terminología técnica, que facilite la adquisición de un lenguaje común, que conforma la base de este tipo de trabajo. Esto implica también, la necesidad de conformar el grupo de especialistas en forma relativamente estable.

ETAPAS DEL EQUIPO TRANSDISCIPLINARIO El equipo inicia su funcionamiento conformándose en distintas Especialidades, considerando las necesidades particulares del niño en estudio. En esta conformación son fundamentales los padres, concebidos como miembros activos de este equipo.

Se elige al agente primario de intervención, quien puede provenir de cualquier disciplina. La profesora del niño y sus padres, son considerados agentes primarios, en los programas de orientación educativa (Miller, 1980)

Se procede a diagnosticar al niño. Es posible incorporar diferentes modalidades, dependiendo de las necesidades de éstos. Sin embargo, se debe tener presente que este modelo plantea la evaluación conjunta, como un requisito fundamental.

Woodruff, (1980) plantea la mesa redonda como una modalidad adecuada, en donde los profesionales se sientan en círculo, ubicando al centro al niño y a un "facilitador" que propondrá las actividades requeridas. En este diagnóstico, los padres participan exponiendo su información relevante, pudiendo actuar, además, como facilitadores en caso necesario.

El paso siguiente es la elaboración del programa de Educación Individual del niño. Se propone una reunión de equipo, que incluyen a los padres, en donde, teniendo como base el diagnóstico inicial y la información recogida en su escuela y entornos significativos, se decide sobre el nivel de funcionamiento del niño, determinando habilidades y debilidades, sobre las cuales, se plantean metas y objetivos de duración limitada. Del mismo modo, se organizan los servicios que el niño recibirá, metodología, instrumentos que se utilizarán para medir su progreso, etc.

La puesta en marcha del programa de Educación Individual exige que los miembros del equipo transdisciplinario, actúen a través del agente primario de intervención y los padres.

Sailor (1977) recomienda que los profesionales preparen a las educadoras en servicio de consulta y que la atención del alumno en Centros o Escuelas Diferenciales sea en el contexto de la sala de clases. Los tratamientos especiales requeridos, podrán brindarse, sin perder de vista el contexto planteado por el modelo.

El último paso, lo constituye la evaluación periódica del programa de Educación Individual, lo que generalmente debe realizarse en forma trimestral, en la modalidad de conferencia.

En este caso, la responsabilidad ante la efectividad del tratamiento recae en el equipo, el que ha debido comunicarse en forma regular durante la aplicación del programa.

Esta evaluación conjunta permitirá analizar los progresos del niño y replantear todo lo que en equipo se considere pertinente, en pos de la optimización de los objetivos perseguidos.

Un aspecto importante de destacares que los logros y dificultades deben ponderarse en los ámbitos del hogar, escuela y comunidad; para lo cual se plantea la necesidad de contar con sistemas de datos e instrumentos que faciliten la comunicación entre los distintos profesionales (Larsen y otros 1984).

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